El año 2016, el compositor, pianista y director coral y de orquesta Vicente Bianchi fue congratulado con el Premio Nacional de Artes Musicales, luego de haber sido nominado en más de una quincena de ocasiones. A pesar de su amplio catálogo de creaciones, de haber creado un estilo de sonoridad muy particular y de contar con una extensa trayectoria como intérprete y director, sus diversas postulaciones provocaron discusiones dentro de la Academia pues era considerado por algunos como un compositor "iletrado", sin formación en conservatorio, que trabajó con elementos del folclor que -como señaló en uno de sus escritos Jorge Aravena Recart- no eran aceptados desde los procedimientos de la música escrita de vanguardia ("Opciones armónicas, estilo musical y construcción identitaria: una aproximación al aporte de Violeta Parra en relación con la música típica". Revista Musical Chilena (196): 22-58, Julio de 2001, p. 37).

Esta intensa discusión tuvo lugar en nuestro país en las décadas del cincuenta y el sesenta, ya que desde la academia y desde los medios de difusión musical -es la época de la masificación de la radiofonía en Chile- se establecía una línea divisoria a priori muy tajante entre la música escrita que empleaba procedimientos complejos y la música enfocada en el ámbito popular, tonal y con forma canción, de procedimientos menos complejos.

En 1996 el gobernador de Talagante Humberto Pincheira realizó una cuarta nominación de Vicente Bianchi al Premio Nacional mención Música, quien ya contaba con 76 años, sin éxito. Ese año se le otorgó el Premio del Folclor de manos del sindicato de folcloristas y guitarristas de Chile. La premiación se realizó en el Teatro Municipal, con una enorme concurrencia. En el acto participaron los conjuntos Inti Illimani, La Estudiantina de la Chimba, Jorge Yáñez y Margot Loyola. De todos modos, Bianchi nunca se identificó como un folclorista (Bianchi, Vicente. "Vicente Bianchi está componiendo la música que Chile le cantará al Papa", El Mercurio, Santiago, 1 de julio de 1986, C10).

En 2010 fue homenajeado por la Orquesta Sinfónica y donó su material en un acto público a la Biblioteca Nacional en Santiago.