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escritura y crítica literaria

La obra crítica y literaria de Tomás Lago por lo general se ha visto eclipsada por su trabajo como investigador de la cultura tradicional y la pintura chilena, entre otros temas. Sin embargo, su producción temprana transitó fundamentalmente por los géneros lírico y narrativo, para inclinarse posteriormente hacia la crítica literaria.

Durante sus años de estudiante universitario, Lago dio a conocer varias prosas poéticas breves de su autoría a través de la revista Claridad, entre las cuales se cuentan "El pescador arbitrario" (1924), "El juguete inadvertido" (1925) y "Cruz de vidrio" (1926). Su estilo se caracteriza por plantear una síntesis entre las vertientes modernistas de la literatura latinoamericana y europea con elementos más tradicionales, tal como lo demuestra su ópera prima Anillos, publicada junto a Pablo Neruda.

Su obra narrativa comprende títulos como La mano de Sebastián Gaínza (1927), Cruz de mayo en el Sur (1927) y Puerto Escala (1931), que muestran un estilo bastante cercano a la propuesta social desarrollada por autores como Manuel Rojas o José Santos González Vera.

En la vertiente crítica, propuso lecturas de las obras de poetas nacionales como Pablo de Rokha, Nicanor Parra, Óscar Castro y Ángel Cruchaga, entre otros, donde contrasta los elementos poéticos de raigambre tradicional con aquellos procedimientos propios de las vanguardias que confluyen en sus versos.