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Entrada a Lima

La captura de la capital peruana señaló el triunfo definitivo de Chile en el conflicto, con el cual terminó la etapa más épica de la guerra y comenzó la más penosa, la ocupación militar de otro país, mientras se consolidaban diplomáticamente las victorias y conquistas logradas en el campo de batalla.

Testimonio de Justo Abel Rosales, oficial del Regimiento Aconcagua.

(Mi Campaña al Perú, 1879-1881. Archivo Histórico Nacional, Fondos Varios)

Entrada del ejército chileno a Lima.

El expresado día lunes 17, la ciudad de Lima abrió sus puertas al ejército chileno. Los derrotados de Miraflores llegaron a Lima la noche del 15 cometiendo desórdenes, robando y matando, especialmente a los chinos. El día 16 siguió de la misma manera. Las colonias extranjeras se vieron en la necesidad de pedir al general Baquedano que ocupara inmediatamente la ciudad, y poner de esa manera término al saqueo de los cholos alzados. Por otra parte, Piérola había huido al interior, y era seguro que no había enemigos armados fuera de los comunistas. Una parte del Ejército entró a Lima en ese día y tomó posesión de los fuertes Santa Catalina y San Cristóbal.

Gran alegría recibimos todos al saber esto. ¡La orgullosa capital había caído! ¿Donde estarían esos famosos escritores que nos desafiaban día a día y que llegada la hora suprema no se hundieron en las minas de su ciudad? ¿No decían que Lima sería otra Sagunto y otra Numancia? Cómo se conoce que para esta tierra de gallinazos se ha compuesto aquel dicho popular "del dicho al hecho...hay mucho trecho".

Cerca de las oraciones de este día me relevaron de mi guardia. Me fui al lado de la ramada del capitán Ricci, donde yo hice hacer otra. Ya a esa hora el extenso potrero estaba lleno de ramadas o rucas hechas con caña de maíz. A unos 60 metros de nuestro regimiento, a retaguardia, se situó el Valparaíso, y cerca de este potrero se situaron los demás cuerpos de la 3ª División.