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Bailes

El Teatro Municipal se transformó en uno de los espacios más importantes de sociabilidad de la clase alta santiaguina. Pero la vida social y la música tenían una historia previa. De los primeros lugares de esta relación fue la vieja tertulia campechana de notoria raigambre folclórica, desarrollada en salones y cuadras durante todo el siglo XIX. Era el tiempo en que se componían contradanzas, gavotas y zamacuecas.

La segunda mitad del siglo estuvo dominada por el vals, del cual surgieron géneros como el schotisch y la redowa. También se popularizaban la varsoviana y, de modo muy importante, la mazurca.

Sin embargo, el verdadero rival del vals fue la polka, danza de giro en compás de dos por cuatro de origen checo, que se popularizó en Chile en diversas variantes. Una de éstas fue número predilecto en funciones de circo y se conoció como "polka de los perros". La forma bailable más habitual fue la polka-mazurka.

El cultivo del baile fue estimulado especialmente por las sociedades filarmónicas, asociaciones aristocráticas destinadas a proporcionar a la sociedad bailes, tertulias y otras reuniones semejantes. Contaban como punto de cita, la gran sala del Teatro Municipal, y como espacios de desarrollo, palacios como el perteneciente a Víctor Echaurren Valero o el Club de la Unión. Avanzado el siglo XIX se le sumaron a los bailes ya mencionados, la cuadrilla y los lanceros, particularmente populares entre los jóvenes. Hacia fines del siglo, eran significativos también el Vals Boston, el Washington post y el Pas de patineurs.

Importante fuente para comprender las características de estas danzas y sus sociabilidades, fueron algunos tratados de bailes editados durante la segunda mitad del siglo. Entre ellos los más importantes fueron Tepsicore o el arte de bailar, de Juan Chacón Ustariz publicado en 1886, y por sobre todo Tratado de baile, de Alfredo Franco Zubicueta. Este último texto tuvo su primera edición en 1898 y fue reeditado en 7 ocasiones, hasta 1908. Fue fundamental para quienes tenían una vida social importante, donde el aprendizaje del baile era fundamental en el ritual de las buenas costumbres de la época.