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concepto de 'teatro infantil'

Hablar de un teatro infantil supone que existe también un teatro de adultos y que ambos se configuran de forma distinta en sus estructuras internas, de acuerdo al público al cual va dirigido, las temáticas, el modo de circulación, los tipos de lenguaje utilizados y las formalidades textuales. Siguiendo a Tzvetan Todorov, los géneros funcionan como "horizontes de expectativas" para el lector y como "modelos de escritura" para los autores ("El origen de los géneros", p. 1). Así, se puede considerar al teatro infantil como un subgénero del teatro, puesto que se construye de acuerdo a principios y temáticas específicas, valiéndose de elementos preferentes.

Los temas que se abordan en estas obras apuntan al desarrollo de la imaginación y la fantasía en el niño, a la vez que a la promoción de valores humanos, sentimientos y actitudes positivas frente a la vida. Esto aflora naturalmente en una obra de teatro infantil, en la peripecia del relato, sin ir en desmedro de la calidad artística de la obra. La estructura narrativa ha de ser transparente y asequible -aunque puede presentar varias capas de profundidad-, suele recurrir a elementos fantásticos y a personajes que encarnan valores o antivalores fácilmente identificables. Los espacios, creados con referentes concretos, permiten el rápido reconocimiento del ambiente físico por parte del público. La estructura textual también debe ser sencilla, con construcciones gramaticales simples, pero no por ello básicas, y con un léxico acorde a los niños.

Según Manuel Gutiérrez, el concepto "aglutina una serie de manifestaciones o especialidades en función de la actividad que se desarrolle y del papel que juegue el niño" (El teatro en la escuela y una obra para representar, p.19) y su alcance puede variar según sea el grado de intervención que tenga el niño en la creación. Juan Cervera plantea tres distinciones de teatro infantil: por una parte, considera el teatro para niños, denominado también como teatro espectáculo, el cual corresponde a aquel que preparan y representan adultos para los niños, donde estos últimos solo forman parte del público. Por otra parte, distingue el teatro de los niños, denominado también teatro de creatividad o de expresión, que corresponde a la actividad en la que piensan, escriben, dirigen e interpretan los niños sin participación de los adultos. Finalmente, propone el teatro infantil mixto, correspondiente a la convergencia de los dos anteriores, ya que es pensado, escrito y dirigido por adultos, pero representado por niños (cf. Oyarzún, Alejandra, Expresión dramática infantil, pp. 18-19).