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fines de la Colonia

Hacia finales del período colonial, las teatralidades se mantuvieron fundamentalmente en el ámbito religioso, asociadas a festividades y conmemoraciones. En el puerto de Valparaíso, a comienzos del siglo XVII, el nuevo gobernador fue recibido con agasajos que incluyen la representación de "loas" de bienvenida y alabanza, similar espectáculo al que se puso en marcha para la llegada de Manuel Amat, en 1755, quien fue recibido con representaciones teatrales realizadas en la residencia de un notable de Santiago del Nuevo Extremo.

Cinco años más tarde, se registra la presencia de un grupo de "cómicos y farsantes". Sin embargo, casi al mismo tiempo, el clero, en un escrito anónimo, califica la asistencia a la ópera como causa de pecado mortal. A su pesar, en 1789, se inaugura el Teatro Provisional en Santo Domingo, hito que marca el afianzamiento en nuestro país de la práctica teatral como fenómeno comunicativo, diversión y espectáculo sujeto a los cánones occidentales, ejecutado en una sala diseñada para ese propósito y bajo la conducción de un texto dramático (Pradenas, Luis. Teatro en Chile: huellas y trayectorias, siglos XVI - XX, 2006, pp. 105-107).