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talleres con destacados escritores

En el año 1972, cuando cursaba tercero medio, Sonia Montecino fue becada para participar en el taller de poesía de Enrique Lihn, beneficio que se renovó al año siguiente. Allí tuvo la oportunidad de conocer a Raúl Zurita, Juan Luis Martínez y a Gonzalo Millán, entre otras personalidades cuyos proyectos se convertirían en ejes de la literatura chilena durante las próximas décadas. La concepción de Lihn sobre la literatura desempeñó un papel importante en la escritura de Montecino, pues no solo le enseñó una metodología de lectura, sino que también definió la escritura literaria como una labor que se sustenta sobre el ejercicio constante de aquella.

Más tarde, mientras estudiaba Antropología en la Universidad de Chile, se integró al taller que Nicanor Parra ofrecía en el Instituto de Estudios Humanísticos de la Escuela de Ingeniería de la misma universidad. El taller se centraba en el trabajo de Rubén Darío, como parte de un curso sobre el poeta nicaragüense.

Mientras trabajaba en el PEMCI, y durante los años 1983 hasta 1986, Sonia Montecino participó en el taller de narrativa de José Donoso. En el ambiente opresivo de la dictadura, las horas de discusión se convirtieron en un espacio privilegiado de libertad donde volcar la fabulación. El autor de El obsceno pájaro de la noche inspiró entre los asistentes el interés por la narrativa inglesa y norteamericana, como metodología para trabajar sobre "la cocina" de la escritura.

En 1985, en el Círculo de Estudios de la Mujer, que funcionaba al alero de la Academia de Humanismo Cristiano, Mercedes Valdivieso impartió un Taller de Narrativa Femenina que tuvo la particularidad de incluir todos los géneros, desde el ensayo teórico hasta la ficción, realizando una serie de lecturas y "puestas al día" con la teoría de género. Sonia Montecino compartió espacio y discusiones con Diamela Eltit, Adriana Valdés y Nelly Richard, entre otras. La crítica de género de tradición francesa fue complementada con la teoría desarrollada en las academias norteamericanas donde Mercedes Valdivieso había hecho clases. Allí se discutieron los mecanismos de la intertextualidad y el dialogismo, así como la eficacia de experimentar con los géneros literarios. Montecino encontró un sustento teórico para una escritura que mezclaba los géneros tradicionales de escritura.