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Movimiento campesino

La movilización de los sectores rurales en Chile comenzó a producirse a la par con otros procesos similares ocurridos en nuestro continente, como la Reforma Agraria Boliviana en 1953 y la Revolución Cubana en 1959. Estos procesos se relacionan con el impulso modernizador promovido por los Estados Unidos a través de la Alianza para el Progreso. Estos hechos permitieron la constitución en el mundo rural de actores sociales y políticos relativamente autónomos respecto a la institucionalidad estatal y política de la época, y sobre todo indepependientes de las sociedades tradicionales de los grandes agricultores como la Sociedad Nacional de Agricultura.

La consolidación del movimiento campesino, junto a la crisis de la estructura agraria tradicional, fueron factores determinantes para la realización de la Reforma Agraria en la década de 1960. Las reformas en el agro manifestaron un quiebre profundo en el compromiso de clases organizado al alero del Estado desarrollista, ya que las modernizaciones impulsadas por la industrialización estatal llevaron a que los habitantes de los sectores rurales se transformaran en un potencial electorado que los partidos debían incluir y hacia el cual debían orientar sus respectivos programas políticos y sociales.

A juicio de Sergio Gómez, la disolución del complejo latifundio-minifundio como base de la estructura agraria tradicional, implicaba el desmoronamiento de un orden social y económico frente al cual la nueva iniciativa legal ofrecía una organización alternativa que, en lo fundamental, sirvió para garantizar derechos económicos, sociales y sindicales, o dicho en términos más amplios, promover la dignidad de los trabajadores campesinos (Sergio Gómez, "El Movimiento Campesino en Chile", págs. 20-25). Todo este complejo proceso, vinculado como estaba a la polarización política vivida en el continente a mediados del siglo XX, contribuyó a la radicalización del movimiento campesino, y a la profundización de los conflictos sociales ocurridos en el campo durante la década de 1960 y la primera parte de la década de 1970, mediante huelgas, tomas de terreno, paros y acciones de recuperación, como las famosas "corridas de cerco".