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Crecimiento de la sindicalización

Después de la promulgación de la Reforma Agraria, pero sobre todo de la Ley de sindicalización campesina, se produjo un fuerte crecimiento de la movilización en el campo. Si en el período comprendido entre 1960 y 1963 se habían contabilizado 59 huelgas y 5 tomas de fundo, de 1964 a 1970 las huelgas alcanzaron a 4815 y a 670 las tomas.

No obstante, las movilizaciones en este período en su mayoría no tenían que ver con la lucha por la tierra, sino por los derechos sociales y laborales de los trabajadores agrícolas. En efecto, la solidaridad de clase reflejada en las estructuras federativa y confederativa pasó a ser un elemento importante en la conciencia de clase de los campesinos y contribuyó a la radicalización del proceso político en el campo.

La injerencia de los partidos políticos fue creciendo a medida que aumentaba la importancia de la movilización campesina, lo que explica que en muchas comunas hubiera más de tres o cuatro sindicatos pertenecientes a alguna de las Confederaciones y, por ende, a su respectivo sector político. En este periodo, los sindicatos aumentaron de 211, con 47.473 miembros durante 1967, a 632 sindicatos, con 127.782 afiliados en 1970. En 1973 existían 870 sindicatos que en total contaban con 220.859 miembro (Garrido, José et. al. "Historia de la Reforma Agraria en Chile", pág. 106). Del mismo modo, a las tradicionales Confederaciones Triunfo Campesino, Libertad y Ranquil, se sumaron nuevas organizaciones: la Confederación Provincias Agrarias Unidas (1969), que agrupaba a las diversas Sociedades Agrarias de los latifundistas, y que estuvo vinculada al Partido Nacional; y la Confederación Unidad Obrero Campesino (1971), vinculada al MAPU; y el Movimiento Campesino Revolucionario (MCR), órgano campesino del MIR creado en 1970.