Subir

A través de la cordillera de Los Andes

Hasta la inauguración del Ferrocarril Trasandino en 1910, viajar entre Chile y Argentina a través de la cordillera de Los Andes era una tarea fatigosa y en extremo arriesgada. De hecho, el transporte de mercaderías pesadas se efectuaba por vía marítima a través del Estrecho de Magallanes o el Cabo de Hornos, la que tampoco estaba exenta de peligros. El camino debió resultar aterrador para los viajeros; con inclinados peñones, angostos desfiladeros, precipicios, ríos torrentosos, ventiscas, temperaturas extremas, tormentas y avalanchas. Además, en los fondos de las quebradas estaban depositados los restos de miles de infortunados que habían perdido la vida en la travesía, mientras que en la ruta se sucedían las señales fúnebres que habían plantado sus compañeros.