Subir

Servicio de mensajería precolombino

Cuando los conquistadores españoles desembarcaron en el territorio que llamaron Indias, los habitantes originarios de América ya contaban con complejos sistemas humanos que suplieron las necesidades de comunicación. En la civilización azteca, actual México, existieron tres funcionaros que desarrollaron esas labores: los painanis ("el de los pies ligeros"), emisarios religiosos del Dios Painal; los yciucatitlantis, que eran los recaderos de las urgencias; y, por último, los tequihuatitlantis, que comunicaban las batallas.

Los incas también desarrollaron un sofisticado sistema de comunicación que cubrió un extenso territorio que abarcaba más de 2.000 kilómetros, uniendo lugares tan distantes como Quito, y el Cuzco, en Perú, y que culminaban en Santiago de Chile. La columna vertebral de esta red de mensajería y transportes fue el Camino del Inca. Para ello utilizaron a los chasquis, especies de carteros prehispánicos, quienes hacían relevos cada 20 kilómetros en los lugares de descanso conocidos como tambos. Para no perder tiempo, estos mensajeros anunciaban su arribo soplando la concha de un caracol. De este modo, el compañero que esperaba el turno se alistaba anticipadamente para el cambio de posta. Dicha actividad fue descrita por los cronistas peruanos del siglo XVI. Como se requería de una gran condición física, el oficio de chasquis estuvo reservado para los más resistentes. Además, se exigía ser hijo de un curaca, una autoridad comunal, y, también, cumplir algunos requisitos morales. La lealtad y la confianza eran valores superlativos a la hora de escoger a quienes llevarían los mensajes por todo el Imperio.

El pueblo mapuche también tuvo entre sus integrantes a algunos mensajeros. Estos cumplieron principalmente una función militar: avisar a las diferentes tribus de una amenaza para unirse frente a un enemigo externo. Según varios cronistas del siglo XVI, esto lo realizaban haciendo correr una flecha entre sus integrantes.