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El joven olvido

"Tu esperabas mostrar esa faz y salvarte. 'No , yo no puedo perecer.

No, el castigo no es para mis sienes. Mis manos lo retuvieron en el trance infeliz.

Aquí estás.

Aquí está. ¿Cómo perecerá conmigo su faz?'

Tú me esperabas. Un aire suave salía de casa y miraba.

Miraba sin ver. Pero nada venía. Nada se abría.

Nuevas lanzas sembraban el costado. Nuevos llantos.

Nuevas dudas crecían como viejos tilos en el pecho

de los apóstoles heridos. Y a lo lejos las cruces.

Los brazos abiertos. La colina sombría. Y nada venía.

Ni vendrá. Todo será cumplido. Y el látigo crecía

Semejante a ortigas. Y tú con la carga de luz.

Tú con el lino del aire"

"Verónica" (Fragmento), Rosamel del Valle.