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Moda y Belleza

La moda fue una de las dimensiones que hizo de Paula una propuesta innovadora. A diferencia de las publicaciones femeninas existentes, Paula comenzó a difundir colecciones de moda de confección nacional que eran vendidas en las boutiques capitalinas. Los diseños seguían las tendencias internacionales, en particular las juveniles como el uso de la minifalda, la boina o las blondas románticas. Sin embargo a fines de los años sesenta, la revista fue una crucial promotora del denominado estilo autóctono, vestimenta artesanal de inspiración latinoamericana (con posterioridad surgiría la de inspiración chilota).

Mención aparte merece la renovada forma en que se presentaba la moda: la fotografía de modelos desplazaba a los tradicionales dibujos, la calidad del papel y de los colores impresos era notablemente superior a otras revistas del mismo género.

El impulso de Paula en el ámbito del diseño se vinculó además a su organización de desfiles y de concursos de belleza, eventos que estimularon una profesionalización del modelaje y que le confirieron glamour al mundo de la moda local.

Por todo lo anterior, la revista se convirtió en un referente de lo que debía o no usarse, y contribuyó a un mayor dinamismo de la industria textil como también al trabajo de las modistas de barrio.

Paula hizo de la moda un lenguaje representativo de la mujer moderna que propugnaba como ideal y explicitó su intención de ayudar a sus lectoras a vestirse mejor a un presupuesto al alcance de sus bolsillos.