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Iglesias de Chiloé

Gran parte de la fama que tiene la Isla de Chiloé tanto en Chile como en el extranjero se debe a sus singulares iglesias. Consideradas desde el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, estos grandes templos de madera materializan en su arquitectura el sincretismo religioso de Chiloé.

La historia de las iglesias se inicia con las misiones evangelizadoras circulares de los jesuitas españoles, quienes construyeron pequeñas capillas, base que sustentaría la tradición arquitectónica posterior.

Con la llegada de jesuitas de países como Bavaria o Hungría, y luego tras su expulsión y asentamiento de nuevas congregaciones, estas pequeñas capillas se alzaron como grandes construcciones perdurables. En su diseño se fundieron las influencias estilísticas europeas, así como la mano de obra chilota especializada en el trabajo de la madera, originando lo que se conoce como la escuela chilota de arquitectura religiosa.

A esta escuela pertenecen aproximadamente 100 de las casi 400 iglesias que se reparten en el archipiélago, siendo el escenario natural para la celebración de los ritos religiosos populares de Chiloé.