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Descenso de los oficios femeninos en las haciendas

La Reforma Agraria aceleró el descenso del número de ocupaciones realizadas tradicionalmente por mujeres en las haciendas, entre ellas, la preparación de alimentos para los trabajadores, la ordeña y el servicio doméstico en la casa patronal. La paulatina disminución de estos trabajos remunerados comenzó en algunas haciendas a partir de la década del treinta con la mecanización de las faenas lecheras y su masculinización. Por otra parte, las funciones de cocinería disminuyeron con la llegada de la Reforma Agraria en tanto que las mejoras salariales para los campesinos se conjugaron en muchos casos con la decisión patronal de eliminar las regalías como, por ejemplo, la dotación de alimentos durante la jornada de trabajo. Con las expropiaciones fueron desapareciendo las oportunidades laborales de antaño: si en 1936 eran más de 21 mil mujeres las ocupadas en forma permanente en las haciendas, en 1965 habían descendido a 2.213. Sin embargo, este proceso fue útil para la inclusión de las mujeres en otro mercado laboral agrícola, cuyo carácter ya no era permanente, sino temporal. La Reforma Agraria fue igualmente decisiva para el desarrollo progresivo de este campo ocupacional, porque a través del Plan Nacional de Desarrollo Frutícola, que formaba parte de su proyecto reformador, se fomentó las plantaciones privadas de viñas y frutales. En esta época la proletarización agrícola de temporada era predominantemente femenina, figurando con 9.992 trabajadoras en 1955, 13.720 en 1965 y 17.840 en 1976, según el Censo Agrícola-Ganadero.