En la multiplicidad de la inmensa labor literaria y cultural de Raúl Silva Castro, subyace el oficio de historiador. A través de sus obras, ensayos y comentarios periodísticos, como de su trabajo en diversas revistas y boletines, la historia de la literatura chilena se estructura como un sólo cuerpo. Su lectura inteligente y atenta estuvo siempre al servicio de la divulgación literaria, desentrañando el pasado para iluminar el futuro de las letras nacionales. Su tarea se nutrió de experiencias tan determinantes como haber dirigido la Sección Chilena de la Biblioteca Nacional desde 1931.

Del mismo modo, en su vida académica y universitaria desplegó su conocimiento y energía no sólo en la docencia, sino que también en la Academia Chilena de la Lengua y la Academia Chilena de Historia, entre otras instancias.