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Revolución cultural

La Quinta Rueda fue una revista excepcional en su época. En un tiempo en que la mayoría de los pasquines y publicaciones estaban bastante politizados, esta revista quiso apuntar a la cultura y por ello muchas veces fue acusada de falta de compromiso político. Sin embargo, ellos entendieron la revolución desde ese ámbito, aunque fuera el camino más difícil: "Nacimos en medio de una de las confrontaciones de clase más intensas que conoce nuestra historia. Mientras la derecha intentaba paralizar el país, el pueblo, movilizado como nunca antes, la mantuvo en marcha a pesar de mil y un obstáculos" ("Planteamientos", La Quinta Rueda, (2): 8, noviembre, 1972)

Así, su principal objetivo fue hablar de lo propio, "nacer con lo nuestro" fue su lema. Por su parte, el tema de debate fue principalmente el gobierno y su compromiso con las políticas culturales, entendidas éstas como "un conjunto de medidas tendientes a incentivar, desarrollar, coordinar y ordenar el proceso cultural del país en una determinada etapa" ("¿Dónde está la política cultural? Teoría y práctica", La Quinta Rueda, (1): 8, octubre, 1972).

Acusaron, los editores de la revista, que la cultura "es un tema que aparentemente no logra inquietar al gobierno ni a los partidos políticos. Para ellos la cultura parece ser como la quinta rueda del coche y al parecer no hay conciencia de que la anterior refleja una carencia en la batalla ideológica" ("¿Dónde está la política cultural? Teoría y práctica", La Quinta Rueda, (1): 8, octubre, 1972). Por lo tanto, esperaban del gobierno de la Unidad Popular que asumiera su responsabilidad con la cultura, era algo que éste no podía eludir. La Quinta Rueda consideraba, afirma Soledad Bianchi, "que el estado debía ser el responsable de una política coherente, organizatoria de la cultura en el país, y no se concebía otro referente válido para el intelectual. Esto significa que se pensaba al Estado como único interlocutor eficaz para demandas, críticas, sugerencias, ofertas, etc., relacionadas con la organización de la cultura, su campo y sus actores" ("La Quinta Rueda y PEC: Dos miradas a la cultura", Sosnowski, Saúl. La cultura de un siglo: América Latina en sus revistas. 1a. ed. Buenos Aires: Alianza, c1999. 474-475).

Asimismo, la "revolución cultural" por la que abogaron "no podía ser el privilegio de una clase sino que un derecho de todo el pueblo", por ello aplaudieron con entusiasmo las formaciones de centros folclóricos y educativos, talleres culturales en poblaciones, etc.

Sobre la "revolución cultural", escribe Enrique Rivera: "¿Para que sirve una política cultural? Para ninguna otra cosa que no sea comenzar un ancho y profundo proceso de revolución cultural que abarque y comprometa la actividad general de nuestro pueblo. Todo esfuerzo que no se dirija por este rumbo representa una lamentable pérdida de tiempo y recursos. La revolución cultural es la condición necesaria de todo proceso que se encamina hacia el socialismo, sin la cual el advenimiento de éste es imposible" ("Para comenzar a hablar", La Quinta Rueda, (2): 8 y 9, noviembre, 1972).