La revista Música circuló mensualmente en Santiago entre 1920 y 1924, alcanzando un total de treinta y seis números publicados. El primero de éstos fue lanzado en enero de 1920. El último número, correspondiente al 36, salió posteriormente a la luz en calidad de número "único", debido a diversos problemas de edición que tuvo la revista; este ejemplar, por lo tanto, resumió varios meses y consideró una mayor cantidad de páginas y contenido.

El director de la revista era el maestro del Conservatorio Nacional de Música, Aníbal Aracena Infante, quien desde un comienzo definió la revista como el "órgano oficial de los músicos" del país con el objetivo de difundir el ambiente musical de la época y, particularmente, promover las actividades del Conservatorio. En uno de sus primeros números, esta publicación define, en un tono sencillo, el fin último que la convoca: "Bajo el nombre de Revista Música sin pretensión alguna sale a la luz esta modesta publicación que seguirá editándose mensualmente. No persigue otro fin que servir de aliento a los artistas, contribuir de una manera casi insignificante a formar el ambiente y procurando en cada uno de sus números dar a conocer el movimiento musical y labor de los Maestros y aficionados, de todo lo que se relacione con el Divino Arte".

En cuanto a su estructura, la revista incluía una sección editorial, otra con noticias de músicos y eventos musicales y una útil sección de partituras de compositores chilenos o de los grandes maestros de todos los tiempos, en formato de reducción (simplificación) para piano. Finalmente, venía la sección de crónica y la zona de varios, donde aparecían los más variados avisos.

Una de las particularidades gráficas que tuvo esta revista de diecisiete páginas promedio, fue la aparición de una foto (en portada) con el rostro o la imagen de un músico chileno en todos sus números. Tanto esta idea como la inclusión de música en forma de partituras, fomentó la circulación de música chilena y permitió, de paso, que la elite criolla practicara en el piano (vertical o de cola) la música que atesoraban en sus casas.