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Marsyas

La creación de la revista Marsyas fue el resultado del impulso emprendedor y creativo de un grupo de músicos y aficionados que se reunían, por iniciativa propia, desde fines de la primera década del siglo XX. Esta asociación civil por la música era la llamada Sociedad Bach. Esta sociedad, que había sido formada en 1917 por un grupo coral universitario organizado por Domingo Santa Cruz, estaba conformada por miembros de familias acomodadas que buscaban tenazmente fomentar el arte musical en Chile. Luego de su transformación en organización pública (a fines del año 1923) y tras varios años de funcionamiento y animación de la vida cultural de la ciudad, el grupo decidió editar una revista para el centenario de la muerte del compositor alemán L.. V. Beethoven (1827-1927). Esta publicación fue bautizada como Marsyas "en honor al sileno que enseñó a los humanos el arte misterioso de modular en una frágil caña los cantos inmortales", de acuerdo a lo que señala el mismo Santa Cruz.

Según ha estudiado la musicóloga chilena Carmen Peña, la revista alcanzó a publicar 12 números entre marzo de 1927 y abril de 1928, renunciando a darle continuidad a este trabajo para dar un espacio a la Revista de Arte, cuya iniciativa se concretó en primera instancia en 1928 y, luego, en segunda instancia y definitiva, editada en 1934.

Marsyas era una publicación mensual de la Sociedad Bach de Chile (de la cual era su órgano oficial), estaba dirigida por Carlos Humeres Solar y administrada por su hermano, Roberto. Con un promedio de 75 páginas por volumen, su contenido estaba destinado a artículos, crónicas musicales, reseñas y anotaciones de libros, revistas y ediciones musicales, además de un suplemento musical (nacional o internacional), que apareció en siete de los doce números, con obras de los chilenos Pedro Humberto Allende, Alfonso Leng y Jorge Urrutia Blondel.

El contenido de la revista era el de una publicación medianamente especializada que difundía de forma informativa y analítica la actividad creativa e interpretativa nacional o internacional, junto con los temas relativos a la educación musical. Enfatizó la expansión del conocimiento del legado sonoro europeo desde el medioevo hasta la música contemporánea (en plena época de auge del neoclasicismo, el impresionismo y el expresionismo) y coincidió con la publicación de revistas similares en Argentina (La Revista de Música, 1927-1930) y Brasil (Revista Brasileira de Música, 1934-1944).