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Ampliamente cubierto por la prensa

En Chile, la llamada "cuestión del sacristán", un hecho aparentemente sin importancia que tuvo lugar en 1856, puso de manifiesto las tensiones que existían entre la Iglesia y el Estado y desató una de las "guerras" más duras e impetuosas que vivió el país durante la centuria.

En medio de una gran conmoción pública, el país veía como la pugna entre las jurisdicciones del Estado y la Iglesia, se hacían públicas e insostenibles.

Desde este conflicto, los periódicos laicos, encabezados por El Ferrocarril, emprendieron una violenta campaña contra lo que consideraban el fanatismo del clero y "la soberbia ultramontana del arzobispo", a quien se pintaba con colores de un rebelde a la civilidad, enemigo de la soberanía del Estado y del orden público. Por su parte, la Revista Católica defendía intensamente el accionar del prelado y apoyaba la pugna por la independencia administrativa de la Iglesia.

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