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La prensa

La historia de la prensa y del periodismo está muy vinculada con el nacimiento y el desarrollo de la Nación misma, con la fundación de un país autónomo y de un proyecto político de país. En Chile ésta apareció recién en 1812 con la llegada de la primera imprenta y la publicación de La Aurora de Chile, dirigida por fray Camilo Henríquez.

Así, durante el siglo XIX, los chilenos se habituaron a mirar la política y sus costumbres a través del papel. De todas las instituciones que se consolidaron en el Chile independiente, la prensa fue una de sus protagonistas, retratando en sus páginas los debates que sacudieron al país y liderando las polémicas que los distintos grupos y facciones libraron a lo largo del siglo.

En un comienzo, los periódicos fueron el vehículo difusor de las luces y del debate acerca de las formas de organización política para la República. Entre 1810 y 1830 se popularizaron las "gacetas de gobierno", de perfil "oficialista", "patriotas", entusiastas y racionalistas, las que tenían como tarea registrar actos y decretos oficiales. Para Ricardo Donoso, la prensa periódica nace con "la necesidad de divulgar los principios que servían de base a la revolución, y de instrumento a los nuevos gobiernos" (Donoso, 1927: 40). En este tipo de publicaciones se inscriben La Aurora de Chile (1812-1813) y El Monitor Araucano (1813-1814).

A mediados de siglo, la prensa vivió un crecimiento explosivo. Unida al pasquín y a los periódicos de tipo oficialista y doctrinal, se fue abriendo paso una prensa vigorosa, de mayor vuelo y contenido social, político y cultural, teniendo como centros principales a Santiago y Valparaíso desde donde se extendían a otras ciudades. Periódicos como El Mercurio de Valparaíso (1828), El Ferrocarril (1855-1910) o La República (1866-1878) participaron activamente en el debate político, promoviendo una y otra causa; convirtiéndose en medios de propaganda de uno u otro partido.