Subir

la tercera etapa

"Una alternativa de izquierda"

De todos los períodos que vivió la revista Pluma y Pincel, es este en el que se advierte más profundamente la polarización política. Corría 1988 y el plebiscito que decidiría el futuro del país estaba cada vez más cerca. Las diversas publicaciones y revistas literarias eran en su mayoría opositoras al régimen militar, y Pluma y Pincel no era la excepción. En respuesta a la necesidad de llevar con mayor frecuencia la contingencia noticiosa de ese entonces, se decidió una serie de cambios. La dirección pasó a manos de Leonardo Cáceres Castro y, más adelante, del escritor José Miguel Varas, quienes junto a un destacado comité editorial -con figuras como José Balmes, Mario Céspedes, Gregory Cohen, Poli Délano, Ramón Díaz Eterovic, Ana González, Miguel González, Manuel Jiménez, Julio Jung, Omar Lara, Haydee López, Inés Moreno, Diego Muñoz V., Leonardo Navarro, David Peralta, Fernando Quilodrán, Rolando Rebolledo, Patricio Redolés, Juvencio Valle, Mario Vidal y Raúl Zurita- llevaron adelante la labor de ser "un medio vigilante y testigo alerta de la realidad chilena e internacional" (nº 135, p.2). En su editorial nº 33, el director señalaba: "Pluma y Pincel tuvo y tiene un propósito liberador, desde el punto de vista cultural y social. Con espíritu amplio y ánimo plural, hemos cambiado la periodicidad, y nos ofrecemos desde esta edición acompañarles semanalmente. [...] La actualidad nacional e internacional e incluso el humor desfilará por nuestras páginas, abiertas a la opinión, la discusión y la discrepancia activa que puso en práctica a lo largo de su vida el español chileno Arturo Soria" (Pluma y Pincel, nº 33, p. 2).