Juan Lemann nació el 7 de agosto de 1928 en Vendôme, Francia. Realizó sus estudios de piano en el Conservatorio Nacional de Música con Rosita Renard, René Amengual, Germán Berner y Alberto Spikin-Howard, y de composición con Pedro Humberto Allende, Juan Orrego-Salas y Gustavo Becerra. Como pianista obtuvo los máximos galardones del Conservatorio. En el año académico 1970-71 fue agraciado con una beca Fullbright, para realizar estudios sobre música contemporánea en la Julliard School of Music de Nueva York. En 1996, un nuevo viaje, esta vez a Moscú, le permitió dar a conocer su obra e intercambiar experiencias con compositores y músicos rusos.

Fue miembro del directorio de la Asociación Nacional de Compositores, de la que también fue presidente y miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile. Entre otros cargos, se desempeñó como profesor de composición y vicedecano de la actual Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Allí desarrolló una encomiable labor como maestro y orientador de la generación de compositores chilenos que se formaron en nuestro país después de 1973, y que iniciaron su presencia creativa entre las décadas de 1970 y 1980.

Durante el período comprendido entre 1948 y 1960 desarrolló una brillante carrera como pianista solista. Además se destacó como director de coros. Entre sus composiciones instrumentales se puede destacar la música para el ballet La leyenda del mar, completada en 1977,las Variables O, I y II para piano, compuestas entre 1977 y 1978, la Obertura de concierto (1986) y la Fantasía concertante para piano y orquesta (1987. Sus piezas de música vocal, menores en número, reflejan otros rasgos característicos de su personalidad creativa, como su profunda religiosidad. De ella dan cuenta obras como Aleluya para coro (1958), Misa Veni Domine (1964) y el Tantum ergo (1964).

Cultivó también la creación de música incidental para las películas El cuerpo y la sangre (1961) y el documental Central Hidroeléctrica El Toro (1970), y para obras teatrales como El tony chico de Luis Alberto Heiremans (1964) y Topografía de un desnudo de Jorge Díaz (1968), además de la música incidental para Pierrot, obra para mimos creada por Alejandro Jodorowsky (1952).

Eximio improvisador al piano en géneros tales como el jazz, la bossa nova y la samba, se destacó entre los compositores nacionales por expresar en su música un fino sentido del humor, el cual ha sido preservado en Ironías musicales (1952), que contiene como una de sus partes las variaciones improvisadas sobre el tema La vaca lechera, que sirvieron de base al ballet La vaca Cornelia, estrenado en 1970.

Su talento también se manifestó en la fotografía, ámbito en el que dejó testimonios de excelencia en los retratos de compositores nacionales que ilustran la Historia de la música en Chile, escrita por uno de sus amigos, el musicólogo Samuel Claro Valdés, junto a Jorge Urrutia Blondel.