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Reservas forestales

De acuerdo con los datos entregados por Juvenal Valenzuela en su Álbum de informaciones agrícolas de la zona central y austral, la Reserva Forestal Malleco tenía en 1920 una superficie de 33.640 hectáreas en las que predominaban las siguientes especies vegetales: coigüe, roble, lingue, avellano, laurel y, en menor escala, tenio, araucaria y maitén. Era la única reserva con una instalación completa de aserradero. La Reserva Forestal del Alto Bío-Bío tenía una superficie de 40.000 hectáreas en las cuales aproximadamente un 15 o 20% de los terrenos estaban con bosques y el resto con pastos naturales, ríos, esteros y cumbres desprovistas de vegetación. Entre los árboles predominantes se encontraba la araucaria, el ñirre y la lenga. La Reserva Forestal Villarrica tenía una superficie de 165.000 hectáreas y el roble era la especie más abundante en la región aunque en ciertas partes dominaba el coigüe, encontrándose también algunos raulis, lingues, muermos y lleuque. La Reserva Forestal Puyehue estaba compuesta por 100.000 mil hectáreas y su vegetación era similar a la de la reserva Villarrica, con excepción de la araucaria. La Reserva Forestal de Llanquihue tenía 147.000 hectáreas y las especies forestales dominantes eran el coigüe, muermo, laurel, luma, meli, tepu, alerce y mañio. El establecimiento de esta última reserva permitió evitar la explotación inmoderada que se hacía de los bosques de alerce que hay en esos terrenos. Por último la Reserva Forestal de Petrohué que tenía 152.000 hectáreas, en las cuales el alerce y el mañio, eran las especies más valiosas.