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Protagonistas

A mediados del siglo XIX, el definitivo acomodamiento de una población cosmopolita e intelectualmente activa en el puerto propició estructuras y espacios públicos que fueron terreno fértil para la aparición de una de las primeras polémicas ideológicas en el país: aquella que dio a luz la primera generación literaria chilena (1842).

También, fue escenario para la publicación de la primera novela chilena, Don Guillermo de José Victorino Lastarria -ambientada en Valparaíso-.

Francisco A. Encina a propósito escribió: "Valparaíso era la sede editorial de Chile".

Como refuerzo a la actividad cultural porteña, hacia el final del siglo visitaron Valparaíso innumerables compañías de teatro, mayoritariamente extranjeras, que montaron en las dos o tres salas de la ciudad obras de Shakespeare, Dumas o Zorrilla, pero "el espectáculo era para un mundo de elite donde una platea podía costar el arriendo mensual de una noble casa" advierte Claudio Solar en su Historia de la literatura de Valparaíso.

En 1897 también, el cine chileno debutó en Valparaíso.

Al mismo tiempo los diarios locales comenzaron la costumbre de publicar narraciones por entregas, no solo de autores extranjeros como Dickens, Bocaccio, Balzac o Zolá, sino de chilenos como fue el caso de Alberto Blest Gana con su novela Durante la Reconquista.

El siglo XX no le dio la bienvenida al pionero puerto. En 1901 se cerró la Cueva del Chivato, principal espacio mítico de Valparaíso.

En 1906 ocurrió el terremoto. Durante ese mismo año en las calles del puerto, Emile Dubois se convirtió en el célebre primer asesino en serie del país, inspirando varios libros, entre ellos: Todas esas muertes de Carlos Droguett o la más reciente, La vida Privada de Emile Dubois de Patricio Manns.

En 1914, exactamente 7 años después del fusilamiento de Emile Dubois se inauguró el Canal de Panamá, que ofrecía una nueva ruta abierta a la navegación y permitía un recorrido menos largo y más expedito para los navieros y comerciantes europeos. La consecuencia directa fue la disminución de las transacciones porteñas.

La sombra de la desgracia cruzó hasta la siguiente década: una crisis internacional se dejó sentir en Valparaíso, así como en todo el país en aspectos económicos y sociales que apuraron aún más el término de su época de oro.

Durante esos mismos años, demostrando una vez más que la novela negra se cosecha en las malas épocas, nació en Valparaíso Román Calvo, el primer detective privado de la novela policial chilena. Fue creado por el también porteño Alberto Edwards.