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Ampliar sus límites

En las primeras décadas del presente siglo, Osorno, observado a la ligera, podía engañar puesto que parecía limpio y era considerado como un modelo por los turistas que sólo conocían su centro. Sin embargo, como consecuencia de la intensa migración que debió afrontar entre 1880 y 1920, la ciudad se había visto fuertemente sobrepasada. Había que inspeccionar los suburbios y penetrar en los domicilios de mucha gente para conocer la pobreza en que se hallaban. Paralelamente, la edificación del centro tradicional de Osorno experimentaba algunos cambios notables en el período. En efecto, como consecuencia del incendio del colegio Inmaculada Concepción, en la calle Manuel A. Matta esquina García Hurtado de Mendoza, se reedificó este establecimiento educacional empleando cemento en los muros exteriores. Esta forma de edificación fue un modelo para aquellos inmuebles que, entre los años 1920 y 1930 se edificaron en diversos sectores de la ciudad y particularmente en la calle Ramírez. También se impuso por ordenanza la construcción de muros corta fuegos en edificios de madera y no aislados. Con la edificación de la iglesia San Mateo, se inició un costoso plan de transformaciones y de construcciones en altura de tres a seis pisos frente a la plaza de armas. Entre las más destacadas se encontraban el Banco Español, la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, el Teatro Principal, la Intendencia, Correos, el Hotel Burnier, el Banco Central y la Inmobiliaria Alemana. Además, las arterias principales fueron pavimentadas y se modernizó el sistema de alumbrado al entrar en funcionamiento la planta de energía eléctrica ubicada en Pilmaiquén. En 1946, la ciudad celebró 150 años de repoblamiento con obras de adelanto urbanístico. Producto de la inversión de fondos públicos se construyó el Mercado Municipal, la Torre de la Iglesia Franciscana, el Liceo de Niñas, el Matadero, el Frigorífico, la Cárcel Pública, el Puente San Pedro. Destacó entre ellos el edificio Consistorial de nueve pisos. Nuevos barrios, avenidas y áreas verdes se extendieron a los sectores de Osorno que antaño eran campos productivos. La superficie urbanizada se calculaba en 450 hectáreas.