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Ramón Elguero

Es posible considerar a Elguero como el precursor de la psiquiatría nacional, a pesar de que cuando llegó a trabajar en la Casa de Orates no tenía la preparación adecuada: "y que yo, sin la preparación práctica para el tratamiento de este tipo de enfermedades, he tenido el arrojo de emprenderlo, no me quejo, pues la suerte me ha sido propicia, y en más de una ocasión he logrado devolver la razón a algunos desgraciados". Entre los tratamientos empleados no se mostraba partidario de ninguno en especial y señalaba "yo por mi parte no me adhiero exclusivamente a ideas preconcebidas, ni soy partidario de ningún sistema que se base en la exclusión de otros. Yo acepto todas las medicaciones racionales, pues según sean las condiciones particulares que ofrezcan los individuos, pueden dar, solas o reunidas resultados eminentes, los cuales jamás se obtendrían si se emplearan por separado los métodos expresados. Según esto me valgo de la sangría, de las sanguijuelas, de los purgantes, de los baños, en sus variadas formas y cualidades y de todos los medicamentos farmacéuticos, según lo requieran los diversos casos que me propongo tratar".

Entre los medicamentos utilizados señala el opio, la belladona, el hysosiamo, el lutura stramonium, el haschisch, etc. Otra terapia fundamental para Elguero era el trabajo de los alienados por lo que implementó en el recinto una huerta que era trabajada por los insanos. No obstante, decía Elguero, de todos los tratamientos empleados "el primero y principal es el tratamiento moral, porque, en casos dados, es el único que conduce a resultados eficaces, e imposibles de alcanzarse con un método puramente farmacéutico. Viene enseguida del aislamiento". Lo que se buscaba era enseñar a los enfermos a vivir un estilo de vida más uniforme, para lo cual se les obligaba a ejecutar todos sus actos con regularidad y habito, marcando las horas y las rutinas.