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Quilapayún

Quilapayún, cuyo nombre significa "Tres barbas" en mapudungun, fue fundado en el invierno de 1965 por los hermanos Julio y Eduardo Carrasco y Julio Numhauser como integrantes. Intentando hacer una música que buscara las raíces de la nación, el grupo incorporó elementos musicales chilenos y latinoamericanos que determinarían su estilo. Su primera presentación fue en la peña de la Universidad Católica de Valparaíso y su primer festival fue el Primer Festival Nacional de folclor, que se realizó en Viña del Mar y donde obtuvieron el primer lugar. Su primer disco, homónimo, lo grabaron el año 1966.

En sus orígenes fueron asesorados por Ángel Parra. Sin embargo, su primer director musical fue Víctor Jara, a quien conocieron en Valparaíso y con quien trabajaron durante varios años, consolidando su estilo musical y escénico. Juntos ensayaban en la Casa de la Cultura de Ñuñoa, y juntos ganaron el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, el año 1969, con la canción "Plegaria a un labrador". La relación con Víctor Jara concluyó ese mismo año.

Durante todo este tiempo sufrieron varios cambios de integrantes: Se retiró Julio Numhauser, tuvo una breve participación Patricio Castillo, y se incorporaron Carlos Quezada y Willy Odó. Posteriormente, a comienzos de los años setenta, se fue Julio Carrasco y se incorporaron Hernán Gómez y Rodolfo Parada, quedando constituida así la formación clásica del grupo.

En 1969 apareció su disco Basta, editado por el sello DICAP (Discoteca del Cantar Popular), y posteriormente sus obras Por Vietnam y Quilapayún 4. Desde 1970 participaron activamente en las campañas y la difusión cultural del gobierno de Salvador Allende, circunstancia en la que realizaron giras por Europa y Latinoamérica dando a conocer la cultura chilena. Asimismo, derivaron su música a la canción contingente, de protesta y claramente alineada con la Unidad Popular.

El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 los encontró de gira por Francia, país al que habían viajado en agosto de ese año. Desde ese momento se inició un largo y doloroso exilio, que no les impidió continuar su labor creadora y realizar un muy interesante trabajo conjunto con el pintor chileno radicado en Europa Roberto Matta.

El grupo sufrió importantes cambios en el exilio, lo que los llevó a interrumpir su labor. Sin embargo, el legado del grupo Quilapayún se transformó en uno de los principales testimonios del movimiento Nueva Canción Chilena.