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Potente dúo

Para el verano del 1959 montaron un programa de dúos y solos que mostraron en una gira al norte del país. Ambos continuaron con actividades paralelas, Enrique haciendo clases en la escuela de Ingeniería y Jaime como alumno de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, por lo tanto, aunque los montajes eran de nivel profesional, ellos seguían siendo mimos amateur. Ese año, Jaime decidió dedicarse a la pantomima, la hizo su vocación. Se montó un nuevo taller en la calle Rosal, a la nueva academia se integró un nuevo grupo de alumnos que se conformó como compañía y se inició una nueva serie de obras. Durante 1960 se hicieron giras al Sur y Norte y también un viaje a Buenos Aires. Al volver a Chile montaron Historias de mi ciudad, obra con la que se inició un nuevo período marcado por la temática usada en los argumentos. Esta obra fue calificada de "corte popular" dada su inspiración en la realidad urbana. Hasta entonces se había mostrado lo popular urbano de forma más amable. Esta vez se critica la injusticia social, la mala distribución de las riquezas. Se percibe una madurez creativa en Noisvander y el planteamiento de la tesis de que "hay que basarse en la observación y en las vivencias" se ve plenamente confirmada. Los personajes creados son reconocibles, creíbles, chilenos; "quería meterme en el cine rotativo de los barrios, en el salón de belleza, todo a nivel popular" dijo Noisvander sobre las motivaciones del argumento de la obra. Estaba el organillero, la vendedora de diarios, el carabinero, el lolo "colérico", el pintor de brocha gorda. La crítica dice de este enfoque "las obras inspiradas en la observación de la vida real es un medio para desprenderse de la influencia expresionista ...que también les permite una mayor fantasía y un mayor vuelo poético".

En cuanto al público al que se presentan las obras, Noisvander siempre había ido más allá del circuito establecido, presentándose tanto en salas y teatros tradicionales, como el Antonio Varas, pero también había salido en busca de un público de minorías, llevando la pantomima a centrales hidroeléctricas en el Sur o a campamentos mineros en el Norte, actuando en escuelas, sindicatos y provincias, sedes sociales, casinos, etc. Conquistando público de todos los sectores donde su lenguaje simple llegara claramente a todos.