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Éxito de la compañía

Los montajes se abordaban de manera integral, la misma compañía se encargaba también de la utilería, los vestuarios e incluso , a veces de la música, para entender mejor el estilo y la manera de Noisvander de estar presente en todos ámbito

Ese mismo año iniciaron una serie de presentaciones para la televisión, en el canal 9 de la Universidad de Chile.

En 1962 se estrenó una nueva obra, en ella se confirma la crítica social dentro de los argumentos como un tema importante para los mimos. "Bajo el puente", por ejemplo, dentro de el montaje Historias para reír, cuenta la vida de los muchachos que viven bajo los puentes del río Mapocho. Se presentaron al inicio de la temporada del Teatro Antonio Varas y fue un éxito, con las funciones vendidas desde el inicio hasta el final de su temporada.

También durante este año recibieron una invitación para participar en la segunda versión del Festival de las Juventudes, a realizarse en Helsinsky, Finlandia. Al no contar con los medios para llevar a la compañía completa, se dividieron en dos grupos, unos se quedaron en Chile continuando el trabajo iniciado y preparando nuevas piezas, mientras el otro partió a Europa en una gira con otros artistas chilenos. Esta vez la división de la compañía no implicó ruptura, siguieron siendo un solo grupo de trabajo. Estando allá recibieron la noticia de que se realizará en Berlín el primer Festival Mundial de Pantomima. Decidieron entonces, presentar su currículum. En Agosto de 1962 son aceptados dentro del festival, por lo tanto debieron permanecer en Europa y buscar residencia para preparar un programa largo que cumpliera con los requisitos de la competencia. Se establecieron en Hamburgo. En el Festival participaron importantes grupos de todo el mundo como Tomasesky y Fialka, con quienes ya habían compartido escenarios, y otros como la Escuela de Lecoq, de Francia, Samy Molcho de Israel, Dimitry Clown de Asconia, entre otros. El trabajo de los Chilenos fue alabado y muy bien criticado. Se produjo un segundo encuentro con Marcel Marceau, quien los aconsejó y alentó a continuar y, en el discurso que dio para el cierre del Festival, los nombró muy especialmente.

Mientras, en Chile la compañía no había detenido la creación y habían presentado distintas obras con igual éxito y además con la colaboración del Teatro Ictus en una y de Hernan Baldrich en otra, recibiendo muy buenas críticas.