La participación femenina en Operaciones de Paz a mediados del 2000 se convirtió en una política estatal. El interés del Estado chileno se reflejó en la elaboración de un Plan de Acción Nacional el año 2008 para el cumplimiento de la Resolución 1325 de la Organización de las Naciones Unidas sobre integración femenina en estos eventos. Para ello se ejecutó un trabajo intersectorial entre el Ministerio de Defensa, el de Relaciones Exteriores y el Servicio Nacional de la Mujer. La misión que las Fuerzas Armadas han desarrollado en Haití desde 2004, como parte de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), es la ocasión en que se ha integrado mayor contingente femenino a este tipo de operaciones.

Se ha enfatizado que la presencia femenina en estas fuerzas no sólo responde al reconocimiento de las capacidades de las mujeres, sino que su aporte, entre otras razones, es esencial para funciones relacionadas con la aproximación a las comunidades y la violencia que atañe en especial a mujeres y niñas. Chile es uno de los pocos países latinoamericanos en comprometerse con la petición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y esto se ha plasmado en la organización de varios seminarios en el país, como el celebrado el 2008 en la Embajada de Argentina: "Perspectiva de Género y Seguridad Internacional: Participación de la Mujer en Operaciones de Paz".