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Trajes-sastre

En las revistas de modas que circularon en Santiago durante las primeras tres décadas del siglo XX, se publicaron artículos dedicados a las jóvenes que comenzaban a incursionar en el mundo laboral y para las cuales los sofisticados y costosos trajes de día y tarde, que promocionaba la moda del momento, resultaban poco prácticos e incómodos. Con la Primera Guerra Mundial, el traje sastre se adoptó en toda Europa y se planteaba como la opción más adecuada para un período en que la mujer debió integrarse a las grandes exigencias políticas, económicas y sociales que la situación imponía, dejando a un lado el lujo y la ostentación.