Manuel Magallanes Moure fue pionero en la crítica de arte, realizando magistrales estudios sobre escultura, grabado, pintura. Escribió artículos en El Mercurio, donde firmó como "M. de Ávila" o "Manuel de Ávila" y en revistas como Selecta, Pacífico Magazine y Zig Zag con el seudónimo de "Barbouillier". Sus escritos fueron un aporte a la discusión artística del momento, tal como señala Januario Espinoza: "En esos artículos mostraba una mordacidad fina. Uno del último carácter dio para que un pintor vehemente lo desafiara a batirse a pistola. En contestación sacó del bolsillo posterior del pantalón una gran llave de puerta, de esas antiguas y apuntó contra el desafiador: ¡Ya está usted muerto!" ("Manuel Magallanes Moure", El Mercurio, 7 de septiembre, 1941).

Debe destacarse que el arte fue una de sus más grandes pasiones: "Cada día me siento más pintor. Si en vez de dar mucho tiempo a los demás como tiene que suceder aquí (Magallanes, vente a jugar; Magallanes, vamos a andar; Magallanes, ¿sabe usted?; Magallanes le voy a contar...) fuera yo libre, y muy señor mío, y pudiera entregarme de lleno a pintar, con todos los elementos que son menester, yo, que no creo en nada, ni en mí mismo, estoy seguro de que llegaría a ser uno de los primeros paisajistas chilenos. Pero, ¿será sólo la eterna ilusión? ¡Quién puede saberlo!" (Carta a su esposa Amalia, El Melocotón, 18 de agosto 1917)