Mauricio Wacquez estudió Pedagogía en Filosofía en la Universidad de Chile y luego se doctoró en La Sorbonne con una tesis sobre el lenguaje de San Anselmo o el Insensato. En ambas universidades ejerció la docencia por breves períodos. Su formación filosófica, entonces poco habitual entre los narradores chilenos, permitió a Wacquez desarrollar una narrativa impregnada de ideas, las que consideraba eminentemente como un material literario. Para el autor la literatura era un arte que no podía aprenderse en la sala de clases. Concebía el lenguaje como un misterio y la filosofía, como otras disciplinas que desarrolló en sus años de estudiante universitario -el teatro, la pintura y la escultura entre ellas-, fueron formas de aproximarse a ese universo misterioso.