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demandas

Según el petitorio entregado al Intendente el día 15 de diciembre, la principal demanda de los huelguistas era que sus salarios fuesen pagados a un tipo de cambio fijo de 18 peniques, para evitar la fuerte devaluación del peso, cuyo cambio había bajado hasta los 7 peniques. Exigían, además, que las fichas fuesen cambiadas por su valor nominal en dinero sin hacer descuentos; que en las pulperías hubiera control de pesos y medidas y que se prohibiera arrojar el caliche de baja ley a la rampla para después elaborarlo sin pago.

Aunque las compañías salitreras manifestaron privadamente al gobierno que estaban dispuestas a satisfacer estas demandas, se negaban a negociar bajo presión con el argumento que se sentaría un funesto precedente en la industria salitrera. Por otra parte, los huelguistas se rehusaron a reanudar sus labores ya que planteaban que sus demandas serían olvidadas una vez depuesto el movimiento, como ya había sucedido en experiencias anteriores.