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La mampara

Publicado en 1946, La mampara, evidencia una nuevo tiempo en la producción literaria de Marta Brunet. Después de los rasgos criollistas característicos de la primera etapa, el proceso creativo de Brunet avanzó hacia una búsqueda más profunda en la sicología de sus personajes. De este modo, los protagonistas de sus relatos cobran vida propia y acentúan características internas de la conciencia, a partir de las cuales el mundo narrado se despliega al lector. El destacado crítico Hernán Díaz Arrieta, se refiere a este desarrollo literario: "Es la segunda etapa de Marta Brunet, la época que llamaríamos bonaerense, donde bulle un impulso de revuelta sorda y subterránea, mucho más hondo que en la etapa anterior, la de Chile, un movimiento que se verifica en ella, que la posee, que en cierto modo la hace su víctima, del cual no tiene una conciencia suficiente, sino que lo experimenta, incluso contra su albedrío. Por lo demás, cada vez que Marta alude a sus personajes novelescos insiste en ese fenómeno de la independencia asumida por los seres que hecha al mundo y, en seguida, marchan solos, como ellos quieren y hasta donde quieren, abandonándola sola y sonámbula en la orilla". (Obras completas. Santiago: Zig-Zag, 1963. p. 16.)