Subir

La fundación del IBBY

La fundación de la sección chilena del IBBY (International Board on Books for Young People: Organización Internacional para el Libro Juvenil), fue creada por iniciativa de la escritora española Carmen Bravo-Villasante en 1964. Ésta, corresponde a una filial de la organización europea para el fomento y desarrollo del libro infantil, cuya primera Asamblea General de organización se realizó en Zurich (Suiza) en 1953.

En un principio estuvo conformada por Marcela Paz, Maité Allamand, Chela Reyes, Gabriela Lezaeta, María Silva Ossa, Amalia Réndic y Pepita Turina y funcionaba en las casas de las escritoras.

Su primera directora fue Marcela Paz y luego, entre 1969 y 1973 asumió, la periodista y escritora Lucía Gevert, retomando el puesto nuevamente a partir de 1980. En los '90 desempeñó este cargo el escritor Héctor Hidalgo y fue electo vicepresidente Manuel Peña Muñoz.

Con el tiempo, esta fundación obtuvo un lugar de reunión y se incorporaron otros escritores, además de periodistas, pedagogos y bibliotecarios. De este modo, ya en los años ochenta, se integraron al IBBY nuevos escritores. Entre ellos, Cecilia Beuchat, Saúl Schkolnik, Ana María Güiraldes, Jacqueline Balcells, Manuel Peña Muñoz, Manuel Gallegos, Victor Carvajal, María Eugenia Coeymans, María Luisa Silva, Héctor Hidalgo y Teresita Lira. Asimismo, ingresaron la escritora e ilustradora Beatriz Concha, los ilustradores Tomás Gerber y Carlos Rojas Maffioletti, como también María Teresa Irarrázabal, Fanny Dittborn, María Graciela Bautista y Carmen Lucía Benavides, estas últimas promotoras de la literatura infantil en colegios y bibliotecas.

Dentro de esta organización, se creó la revista Colibrí, fundada por Lucía Gevert en 1988. Las actividades del IBBY son numerosas, contando entre ellas, las ediciones de libros, colaboraciones con el Ministerio de Educación y editoriales, visitas a colegios, escuelas y centros culturales; dirección de talleres literarios, conversaciones con los niños, entre muchas otras.

Hoy el IBBY cuenta con más de 30 Secciones Nacionales repartidas en los cinco continentes, colabora con sus secciones nacionales en la Federación Internacional de Asociaciones Bibliotecarias, UNESCO y otras organizaciones internacionales, siendo su tarea principal fomentar la literatura infantil como arma efectiva contra la inmoralidad, el crimen, la guerra y la subliteratura que amenaza a la generación actual. Sustenta que los relatos lleven un mensaje de amistad, fraternidad y paz, que sean saludables y sinceros. Cada dos años la Sede realiza un congreso internacional en diferentes países, a los que asisten representantes de sus secciones nacionales, y allí se discierne la medalla Andersen, por la obra completa, tal como el premio Nobel, a un escritor que dignifique la literatura infantil