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Sub-sole

La excelente acogida de Sub-terra, publicada en 1904, abrió paso a Baldomero Lillo a los mejores logros a que podía aspirar, en su tiempo, un nuevo escritor. Se le invitó a leer en la tribuna del Ateneo, donde leyó su cuento Sub-sole, y comenzó colaborar con El Mercurio, editado desde 1900. De la mano con la escritura de las columnas del diario, el cuentista trabajaba en su nuevo libro: Sub-sole, aparecido en 1907. En palabras de Fernando Alegría: "En manos de Baldomero Lillo el campo y los pueblos provincianos de Chile adquieren un sentido mágico de vida; mágico, digo, en su capacidad de sentir desorbitadamente, de ansiar, de sufrir, y de enfrentarse a la muerte fortalecidos por la esperanza de una justicia, de un amor, de una paz, que, en su perfección absoluta, alcanzan el significado de un absurdo sublime".

"El sol, muy alto sobre el horizonte, inundaba de luz aquel rincón de belleza incomparable. Los flancos de la cortadura desaparecían bajo la enmarañada red de arbustos y plantas trepadoras. Dominando el leve zumbido de los insectos y el blando arrullo del oleaje entre las piedras, resonaba a intervalos, en la espesura, el melancólico grito del pitío." (fragmento)