En las festividades la comunidad debe manifestar respeto y devolver, en la lógica de la reciprocidad, algo de lo recibido durante el año. En dicha ocasión todo el pueblo se reúne para celebrar la festividad y los lugareños que residen en centros urbanos u otras localidades acuden a su lugar de origen. El encargado de organizar la fiesta se denomina alférez, el que debe procurar los alimentos, las bebidas y oficiar la ceremonia entre tres y cinco días seguidos. Dentro del pueblo, las fiestas se ejecutan en circuitos ceremoniales con las figuras de los santos en andas por las calles, como las celebraciones con cantos y bailes entorno a la plaza y dentro de cada casa.