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novelas

La mayoría de las novelas censuradas en la segunda mitad del siglo XX fueron prohibidas por la dictadura militar de Augusto Pinochet. Las causas se relacionaron ya fuera con la vinculación del autor a ideologías de izquierda, o bien con el contenido del libro, implícita o explícitamente opositor al régimen militar. En el primer grupo se encuentran la novela El chilote Otey de Francisco Coloane y El ciclista del San Cristóbal de Antonio Skármeta.

Al segundo grupo corresponde Matar a los viejos de Carlos Droguett, la cual no fue publicada en Chile por editorial Planeta en los años ochenta, porque el autor se negó a quitar la dedicatoria que daba comienzo a la obra: "A Salvador Allende, asesinado el martes 11 de septiembre por Augusto Pinochet Ugarte, José Toribio Merino Castro, Gustavo Leigh Guzmán y Cesar Mendoza Durán".

Menos explícito es el caso de La oscura vida radiante de Manuel Rojas, fin de la tetralogía de Aniceto Hevia que encabeza Hijo de ladrón. Esta novela no circuló en nuestro país, puesto que se inicia con un pasaje de la masacre de la Escuela de Santa María de Iquique, donde el ejército abrió fuego en contra de obreros y sus familias que demandaban mejoras en las condiciones laborales al interior de las salitreras.

Una experiencia distinta constituye la censura al libro Persona non grata de Jorge Edwards. El autor fue designado por el presidente Salvador Allende para formar la embajada chilena en la Habana. Luego de conocer el denominado "caso Padilla", en el cual un artista cubano fue encarcelado y obligado a retractarse por sus dichos en contra del régimen de Fidel Castro, Edwards demostró su apoyo a los artistas de la isla, ganándose la exclusión de los círculos de izquierda y la prohibición de su libro en varios países, entre ellos Chile.