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Actrices del periodo sonoro

En la época sonora, la producción de películas de ficción bajó drásticamente en comparación con el período mudo, a pesar de los intentos de levantar una industria por medio de un cine de corte comercial. Asimismo, surgió un pequeño sistema de actrices que establecieron vínculos con industrias de otros países como México, Argentina y Estados Unidos.

La primera actriz que recuerda el cine sonoro es Hilda Sour, quien participó en Norte y sur, la primera película sonora chilena, dirigida por Jorge Délano en 1934. Luego actuó en Uno que ha sido marino (1951), de José Bohr, el director comercial emblemático de la época.

Posteriormente se sumarían varias actrices marcadas por la belleza y la sensualidad. Ester Soré, luego de ser elegida Miss Radio Chile, debutó en la película Dos corazones y una tonada (1939), dirigida por Carlos García-Huidobro. Su carrera continuó con Barrio azul (René Olivares, 1941), Bar Antofagasta (Carlos García-Huidobro, 1942), Casamiento por poder (1945), El amor que pasa (1947) y Si mis campos hablaran (1947), de José Bohr. Malú Gatica, quien sería parte del elenco de películas en México y en la producción hollywoodense Sussy from Suez en 1948, antes había debutado en la pantalla en Verdejo gasta un millón (1941), de Eugenio de Liguorio. Más tarde, de regreso en Chile, apareció en El gran circo Chamorro (José Bohr, 1955).

Chela Bon, fallecida en 2010, debutó en La casa está vacía (Carlos Schlieper, 1945) con tan solo 15 años. Luego fue parte de El padre pitillo (sainete de Roberto de Ribbón, 1945), El diamante del Maharajá (Roberto de Ribbón, 1946), Si mis campos hablaran (José Bohr, 1947), Yo vendo mis ojos negros (del director mexicano Joselito Rodríguez, 1948), El paso maldito (Fred Matter, 1949) y Un viaje a Santiago (Hernán Correa, 1960). Luego de eso se radicó en Estados Unidos donde trabajó como productora de cine.

A ellas se suman Blanca Negri -Tú eres mi marido (1943)-, María Teresa Squella - Amarga verdad (Carlos Borcosque, 1945), La casa está vacía (Carlos Schlieper, 1945), El diamante del Maharajá (Roberto de Ribbón, 1946), Encrucijada (Patricio Kaulen, 1947)-, Lucy Lanny -La dama de las camelias (José Bohr, 1947), El último guapo (Mario Lugones, 1947), Mis espuelas de plata (José Bohr, 1948), La rosita del Cachapoal (Enrique Soto, 1950) -. En esta época también actuó María Maluenda, en Hollywood es así (1944), de Jorge Délano. Años más tarde ella se convertiría en dirigente política. Tampoco fue rara la inclusión en los elencos de vedettes argentinas y chilenas, como Gloria Lynch, que actuó en Escándalo, de Jorge Délano (Coke), y en El ídolo, de Pierre Chenal.

Mención especial requiere la actriz Ana González, quien hizo su debut en el cine en Entre gallos y medianoche (Eugenio de Liguorio 1939). Luego, en 1947, aparece en La dama de las Camelias, donde encarnó a su popular personaje La Desideria, quien apareció en la pantalla chica hasta entrados los años noventa. Esta actriz protagonizará las películas más populares de la época, entre ellas: El relegado de Pichintún (Gustavo Campaña, 1943) y Dos caídos de la luna (1945).