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primer número

El primer número de Orfeo -publicado en octubre de 1963- llevó por subtítulo "Cuaderno de Poesía" y constó de apenas ocho páginas, lo cual nos habla del modesto origen de esta revista que es hoy un objeto de culto.

Pese a su reducida extensión, en este primer ejemplar ya se aprecian las directrices generales de su línea editorial, que posteriormente se expresarán en números de mayor extensión y mejor presentación. En la contraportada se recogen citas de poetas de distintas escuelas estéticas, destinadas a ofrecer una visión amplia del fenómeno poético. Ello pone de manifiesto la política inclusiva de Orfeo, que reúne a autores tan diversos como Rosamel del Valle ("La poesía no es, precisamente, nada de aquello que se dijo, se dice, se dirá. Sólo se sabe a ciencia cierta que a menudo se la busca y se la encuentra") y Emily Dickinson ("Canto como un niño al pasar frente al cementerio, porque estoy asustada").

Entre los autores extranjeros, esta edición incluyó obras de poetas griegos, chinos y japoneses. Uno de estos es Mao Tse-Tung, quien había publicado seis poemas el año 1962, y el otro es el japonés Issa, de quien fueron traducidos tres haikús por Osvaldo Svanascini. Entre los nacionales, se publicaron dos poemas de Floridor Pérez -cuya obra permanecía hasta entonces inédita-, junto con creaciones de los propios directores de la revista: Jorge Vélez publicó "Fragmento" en las páginas centrales, mientras Jorge Teillier incluyó el célebre poema "Los dominios perdidos", editado el mismo año 1963 en el libro Poemas del País de Nunca Jamás.