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renovación historiográfica

Durante la segunda mitad del siglo XX, la historiografía se fue apartando poco a poco del tradicional interés en temas políticos y biográficos de los próceres patrios, para dedicarse a temas de corte económico y social. A diferencia de la escuela marxista, esta nueva generación de historiadores tomó como modelo la nueva historiografía europea, en particular la escuela francesa de los Annales. La gran mayoría de estos investigadores se formaron al alero del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, bajo la guía de Guillermo Feliú Cruz y Eugenio Pereira Salas. Historiadores como Mario Góngora, Néstor Meza, Álvaro Jara, Rolando Mellafe y Sergio Villalobos, formaron parte de esta generación que incursionó en temáticas como el estudio de las instituciones coloniales, los sistemas de trabajo, la demografía y los sistemas económicos.

El énfasis estaba dado por el análisis de los procesos de larga duración que dieron origen a las instituciones, la sociedad y la economía del período colonial. Para esto, introdujeron nuevas metodologías de investigación y redescubrieron fuentes documentales que anteriormente habían sido dejadas de lado por los historiadores. En concordancia con las prioridades de la escuela conservadora de mediados de siglo, el marco temporal preferido por estos historiadores fue el mundo colonial.

A fines de la década de 1960 se fueron estableciendo puentes entre esta corriente y los historiadores de la vertiente marxista que, usando las metodologías aportadas por la generación de 1950, incorporaron nuevas temáticas de investigación, particularmente en el área de los movimientos sociales.

El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, aunque reprimió fuertemente a la nueva historiografía social, tuvo como efecto colateral la salida masiva de dichos investigadores a realizar postgrados en universidades europeas, lo que a la larga permitió una mayor profesionalización de éstos.