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"Urbanicidio"

El término "urbanicidio" fue usado en plena década del setenta para referirse a una serie de problemas que la capital venía arrastrando desde años anteriores. Estos eran agrupados en la preponderancia del ruido, la desordenada congestión vehicular y el excesivo crecimiento de la ciudad, lo que llevaba al habitante santiaguino a cubrir enormes distancias para trasladarse de un punto a otro. Así, se llegó a que las mediciones realizadas por el Ministerio de Salud entre 1970 y 1982, sobrepasaron en más de doscientas veces la norma fijada, llegando incluso a que en 1978, aquellos niveles fuesen duplicados. Dada la situación, y teniendo en cuenta que gran parte de la problemática ambiental estaba agrupada en el Código Sanitario dictado en 1968, una serie de normas y reglamentos fueron promulgados en esta época y en los años siguientes buscando controlar, por ejemplo, las emisiones de contaminantes provenientes de vehículos motorizados. Entre las regulaciones dictadas con posterioridad al Código Sanitario, estan las resoluciones 1406 y 1214 de 1978; la 137 y 611 de 1979 y la 970 de 1980, así como los Decretos Supremos 269 de 1980 y 279 de 1983. Para hacer cumplir estas iniciativas legales, el Ministerio de Transportes dispuso, entre otras medidas, de plantas de revisión técnicas para los vehículos motorizados. Sin embargo, la disposición de la Política de Desarrollo Urbano, impuesta en la década del ochenta, planteó que fuera el mismo mercado del suelo urbano el que regulase el crecimiento de la ciudad, de allí que ésta comenzó a crecer de modo impulsivo y desordenado, ocupando importantes áreas agrícolas y poniendo en jaque la serie de disposiciones que buscaban equilibrar el problema de la contaminación atmosférica.