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La Cantinera

Hasta cuatro cantineras podían componer una tropa. Solían marchar en las últimas filas y vestían el mismo uniforme que el resto de la unidad. El cargo requería antecedentes morales intachables, y la autorización para ingresar la otorgaba el gobierno o las autoridades de los regimientos. Las candidatas provenían principalmente de Santiago y Valparaíso, y pertenecían a los estratos sociales medios y bajos.

Las cantineras eran apreciadas socialmente por su valentía y sacrificio inspirados en el patriotismo. Esto explica la alta postulación femenina que superó las vacantes disponibles. La determinación de sumarse a los batallones llevó a que varias denegadas intentaran burlar los controles disfrazándose de hombres. Las motivaciones para enlistarse eran variadas, entre ellas, servir al soldado chileno, arrasar con los adversarios o acompañar a sus hombres.