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José Donoso

José Donoso nació el 5 de octubre de 1924 en Santiago. Sus padres fueron José Donoso, de profesión médico, y Alicia Yáñez, sobrina del periodista Eliodoro Yáñez, fundador del diario La Nación.

Su infancia más temprana transcurrió en una casa enorme ubicada en la calle Constanza 292 (actual Avenida Holanda), en Providencia. Allí, su educación primaria estuvo a cargo de una institutriz anglosajona, quien lo introdujo en el idioma inglés. Años más tarde, José Donoso recordaría dicho hogar como un lugar mítico, platónico: "Con gatos, perros, sirvientes, jardineros, tías pobretonas, dulce de membrillo, sándwiches de palta, baúles de disfraces, muebles oscuros, inmensos y feos, pero maravillosos por que son tan grandes que ya no podrían servir nunca más en ninguna casa" ("Los verdes años. José Donoso", La Segunda, martes 25 de febrero, 1992, p. 32). En este lugar fue criado por Teresa Vergara, la nana que no sabía leer ni escribir, pero que tenía una gran imaginación para contar historias. A ella, José Donoso, le dedicó su primer volumen de cuentos y su figura inspiró muchos de sus relatos.

Posteriormente, su padre quedó desempleado y debieron cambiarse de casa. Entonces, se trasladaron al Santiago aristocrático de la calle Ejército, donde vivían unas viejas tías que se peleaban entre ellas. El padre de Donoso instaló su negocio médico en este nuevo hogar. Esta casa grande, habitada por viejas y sus miserias, con visitantes extraños, parientes pobres y decadentes, se convertiría más tarde en materia de su literatura. La vida simple y tranquila de esos años, quedó siempre en la memoria del autor: "Era una vida rodeada de empleadas, con madre y padre bastante ausentes. Las nanas eran quienes nos educaban todos los días junto con el colegio y alguna institutriz, a veces. Salíamos con las nanas a la Plaza Ercilla a andar en bicicleta, y con ellas a la calle para cortar flores blancas de los grandes tilos, que se tomaban con el té. Era un relajante para la gente de ese Santiago relajado. Por las tardes, y hasta en la noche cuando el aire estaba tibio, las niñitas jugaban con sus hermanas y vecinas al 'corre el anillo', y las nanas aprovechaban para conversar. ¡Imposible una vida más simple!" ("Los verdes años. José Donoso", La Segunda, martes 25 de febrero, 1992, p. 32).

Años más tarde, José Donoso volvió a la casa de la calle Holanda. Allí, transcurrieron sus años de soltero.