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Arquitectura

En términos generales, la arquitectura patrimonial de Iquique es posterior al incendio de 1880 que afectó a la parte norte de la ciudad. La base de esta afirmación es la ordenanza de 1883 que reguló el ancho de las calles en un mínimo de 30 metros. La calle Baquedano, uno de los puntos de mayor concentración, calidad y conservación de edificios patrimoniales, debió ser reconstruida con posterioridad a ese año. En general las descripciones anteriores de Iquique se refieren a la estrechez y tortuosidad de sus calles, lo que le daba un aspecto desordenado. En cambio, William Rusell señaló en 1890 que no estaba preparado para ver una ciudad con pretensiones de importante puerto marítimo. La brillante cúpula de la catedral y la casa de aduanas eran construcciones imponentes. Las calles -señaló- tienen más de 20 metros de ancho, las casas están construidas de madera y tratadas exteriormente con estuco pintado, generalmente de colores brillantes, crema, naranja y azul. El efecto general que produce la ciudad es muy liviano y gracioso. En comparación con una ciudad europea de ese mismo tamaño, Iquique no tiene por qué avergonzarse, tiene bancos, tiendas, hospitales, escuelas, diarios, telégrafo y teléfono.