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Los Inútiles

Se dice que en un viejo bodegón rancagüino, un día 15 de diciembre 1934, nacieron Los Inútiles, desprendiéndose del antiguo Círculo de Periodistas: "Según cuenta la leyenda, y fiel al espíritu rebelde y autónomo del grupo, aquella noche, no se levantaron actas, no hubo firmas ni documentos para la historia. Sus miembros siempre pensaron otorgarle una característica distintiva al grupo y no quisieron dejar un recuerdo de aquel hecho para la posteridad" (Edison Ortiz. "Honor y gloria a Los Inútiles", El Alba, (71): 25, diciembre, 1999). El nombre del grupo surgió en medio de la euforia, brindis y álgidas conversaciones. Luis Aníbal Fernández (LAF) al declarar que el desdén por lo cultural auguraba que la labor del grupo sería perfectamente inútil, recibió a coro la respuesta: "Los Inútiles".

Entre los asistentes a la reunión estuvieron: Luis Aníbal Fernández, Óscar Castro Zúñiga, Félix Miranda Salas, Gustavo Vithar, Carlos Barrales, Gonzalo Drago, Óscar Vila Labra, Enrique Navarro, Enrique Toro Meneses, César Sánchez y Gustavo Martínez Sotomayor, entre otros. La figura que los amparó fue Augusto D' Halmar, a quien designaron como el "Almirante", a la vez que los otros miembros se instalaron como sus "marineros".

En un principio, el grupo debió afrontar un medio tremendamente hostil e indiferente. Sin embargo, fueron persistentes en sus propósitos y, por ello, lograron poner en marcha importantes actividades culturales: festivales de poesía, exposiciones de pintura, conciertos musicales, foros, conferencias, veladas artísticas y ferias de libros. Asimismo, organizaron concursos de cuentos, teatro y poesía. Convocados por ellos, llegaron a Rancagua escritores como: Pablo Neruda, Julio Barrenechea, Augusto D' Halmar, Luis Enrique Délano, Alberto Romero, José Santos González Vera y Mariano Latorre, entre otros.