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Orville y Wilbur Wright

La historia del primer vuelo exitoso se enmarca en siglos de sueños, estudios, proyectos y experimentos tendientes a lograr el vuelo del ser humano. A comienzos del siglo XVI Leonardo da Vinci anticipó varios diseños que después resultaron ejecutables. El desarrollo de la aviación cobró mayor fuerza en el siglo XIX. El ingeniero aeronáutico británico George Cayley diseñó un aparato en forma de helicóptero que le significó ser conocido como el padre de la aviación de su país. Los diseños e inventos se sucedieron uno tras otro. Se fundó la Real Sociedad Aeronáutica de Gran Bretaña. En 1848, John Strigfellow desarrolló un aparato propulsado por un motor a vapor que no logró despegar. Lawrence Hargrave desarrolló en 1891 un modelo que voló 91 metros. A principios del siglo XX Alejandro Graham Bell desarrolló diversos cometas capaces de transportar a un ser humano. En 1903 Karl Jatho intentó, sin éxito, volar un modelo motorizado de tamaño real. Los numerosos esfuerzos realizados significaron varias victimas. Vicent Degroof se estrelló y murió en 1874. Otto Lilienthal perdió el control de su aparato y se estrelló en 1896. Percy Pilcher tuvo un accidente mortal en 1899. Los numerosos experimentos realizados permitieron finalmente mejorar los conocimientos sobre aerodinámica y estabilidad del vuelo. La utilización de motores a gasolina permitió elevar naves más pesadas. Todos estos conocimientos fueron el fundamento del éxito de los hermanos Wrigth. En efecto, el 17 de diciembre de 1903, Orville y Wilbur Wright realizaron el primer vuelo exitoso de una nave más pesada que el aire y propulsada por un motor. En aquella oportunidad Wilbur logró volar 250 metros en 59 segundos. Al año siguiente continuaron mejorando el diseño de su avión y su experiencia como pilotos. En 1909 el ingeniero y piloto francés Louis Blériot realizó el primer cruce del canal de la Mancha.