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industria textil nacional durante el siglo XIX

Los orígenes de la industrialización en Chile se remontan a la segunda mitad del siglo XX. En el ámbito textil, hacia 1878 existían ocho industrias textiles: dos fábricas de telas de algodón, una de lanas, una de cuerdas y cordeles, y cuatro de sacos. La más importante de estas era la Fábrica de Paños Bellavista Tomé. La seguían en importancia la fábrica de paños de algodón El Salto, ubicada en Santiago, y la fábrica de tejidos de algodón de Alfred Pope y Co., ubicada en Valparaíso. Esta incipiente industrialización textil tuvo una expansión muy pausada debido a la fuerte competencia que significaban las telas y los paños importados, sobre todo con la recuperación económica que experimentó el país al tomar el control del salitre tras la Guerra de Pacífico, lo cual intensificó la importación de telas y vestuarios. A diferencia de la industria textil, la producción de vestuarios, abastecido por textiles locales e importados, aumentó notablemente debido a la mejoría en el estándar de vida de los chilenos a fines del siglo XIX. Un indicador de esta expansión quedó retratado en el Censo de 1875, documento que señalaba que en ese año había en el país 2.602 bordadores, 197 modistas, 116.446 sastres y costureras, y 1.233 sombrereros.